Poniendo espéculos.
Mis primeros días en la especialidad comenzaron en centro de salud; en consulta de ginecología general y seguimiento de embarazo de bajo riesgo. Un buen lugar para empezar, buena compañía y…
¡Tooodo por delante por aprender!
Y es que los comienzos tienen ese doble filo, esos nervios iniciales por el desconocimiento absoluto, a la par que unas ganas inmensas por aprender día a día, porque por pequeño que sea el aprendizaje diario, partiendo de la nada, parece que das pasitos de gigante con cada pequeña cosita que añades a tu mochila de R1.
Esos primeros días en los que te encuentras en el limbo entre estudiante y residente. Ves a los estudiantes de sexto que rotan por el hospi y piensas: «¡Pero si es que yo me veo casi casi como ellos!» y, por otro lado, ves a tus resis mayores y te parece que están a años luz de tí. Y no es que te parezca, es que lo están, pero es lo normal. Llevan varios años rondando por la especialidad y, sin ninguna duda, llevan la mochila de conocimientos muuuuucho más cargada que la tuya, que está «a estrenar». Pero … ¿y a quién no le gusta estrenar?.??
Los primeros días miré, a pesar de que desde el principio intentan dejarte hacer cosillas, antes hay que observar y fijarse en cómo lo hace otro, es lo que toca en ese momento. Reconozco que llegas con ansias de hacer de todo, pero hay que ser realistas y un pelín humildes, no puedes hacer de todo sin tener ni idea de nada, y es tan sencillo como eso. Así que, yo observé y, poquito a poco, me fueron dejando hacer las cosas más sencillas. Y ahí es donde entran los primeros espéculos. Esos instrumentos que usan las matronas y gines con forma de «boca de pato» que se introducen por la vagina para poder ver el cuello del útero (cérvix) y vagina. Si alguna vez os han hecho alguna revisión ginecológica o habéis ido a la matrona, seguro que ya conocéis a este compi ??. Parece la mayor tontería poner un espéculo, pero por básico que parezca, supongo que todo lo nuevo tiene su pequeño misterio. Yo llevo unos meses y, aunque admito que ahora ya es muy diferente al primer día, sigue habiendo algún cérvix que se me escapa, otro que no consigo ver bien porque me tapa la vagina… Seguramente, cuando lea esto dentro de un tiempo pensaré: «Vaya tela pollito, ni un espéculo ponías». ?
Así fueron mis comienzos, hoy empezaba poniendo espéculos, pasado me dejaban hacer algún tacto vaginal, otro día te introduces en el desconocido mundo de la eco… y aquí no voy a entrar, porque esto da realmente para otra entrada. Muchos estudiantes de medicina no han cogido nunca un ecógrafo o lo han hecho en contadísimas ocasiones. En mi caso, lo había usado en prácticas de la universidad, intentando localizar las carótidas a una compañera, y hasta ahí llegaba mi relación con el ecógrafo. (¡¡Las carótidas!! de poco me iba a servir ahora) ?. ¡Ay, la eco! Abdominal, vaginal, de embarazada de pocas semanas, de gestantes ya en el tercer trimestre de embarazo…otro mundo nuevo, de verdad.
Y es que, realmente, es todo taaan nuevo, que todo te hace ilusión. A mi me parecía mentira que fuera yo la que estaba haciendo una eco vaginal a una paciente. (Aunque luego no me orientara y no encontrara ni el útero). Benditas primeras veces llenando la mochila. ??
Creo que el mejor equipaje con el que yo conté, y que creo que puede ser útil si empiezas pronto la residencia es:
- Un neceser lleno de buen rollo y buena compañía.
- Unos ojos bien abiertos, como buen pollito R1 que eres.
- Una libreta donde ir apuntando pequeñas dudas que luego puedas preguntar o repasarte en casa. Al principio algo muy típico que me pasaba a mí, es que me preguntaban si tenía dudas y yo pensaba…»¡¡TODAS, tengo todas!!». Pero poco a poco te vas centrando un pelín, confía.
- Un estuche de ilusión. Intenta ir haciendo lo mejor que puedas esas primeras tareas que te dejen tus adjuntos. No te agobies si no salen a la primera, ¡tú ponle ganas!.
- Y, sobre todo, un «Kit de supervivencia» que cuente con alguien que cuando le digas: «Es que no consigo ni verle el cérvix al poner el espéculo», «Jope, le hago la eco y no me sitúo, si es que no me oriento», «y aquí de dónde a dónde mido, si yo no veo dónde empieza y dónde acaba este ovario», te responda con una sonrisilla y un sencillo: «¿Y qué pretendes?, ¡Si acabas de empezar!. Te quedan muchos años por delante».
Y así es, me quedan muuuchos principios aún por vivir, muchas ecos en las que perderme y otras tantas en las que empezar a encontrarme. Mis primeros pasos en esta aventura empezaron como dice la canción, «des-pa-ci-to» pero, en esos inicios, cuando tengas el ecógrafo en la mano y estés más perdido que en las clases de Anatomía patológica, mejor acordarse de los Hombres G y pensar que los inicios son maravillosos y que «hoooy algo me dicee… que voy a pasármelo bien». ??
Otro día os cuento un poco más de mis primeras hazañas, «espéculo» haberos entretenido un ratito.
¡¡NOS VEMOS POR EL RINCÓN!! ??
2 COMENTARIOS
No se ehh..pero parece que esa mochila se está llenando de sabias reflexiones ??
Hoy le añadí una dosis de Adrenalina, pero aún queda mucho por llenar ???